martes, 15 de octubre de 2013

LA "SATÁNICA" CICIG

Uf, ahora sí que la derecha y sus periodistas y columnistas (tanto quienes son parte directa como los meros sirvientes lamebotas) la llevan enteramente y sin maquillaje alguno contra la CICIG…gracioso, en realidad, aunque no por ello menos efectivo para efectos de manipular la opinión pública en contra de la Comisión. Por supuesto que, como cualquier persona o institución, la CICIG y el MP son y deben siempre ser sujetos de análisis crítico; pero es obvio que eso no es lo que está ocurriendo con los ataques por parte de nuestra pintoresca derecha-dizque-libertaria-pero-en-realidad-“tea party-ista”. De pronto resulta que haber cuestionado jueces y magistrados [absolutamente cuestionables] que podían haber accedido a puestos en el MP y la CC “basándose en rumores” –si es que el asunto no está descontextualizado, como parece estarlo de todos modos– convierte a la CICIG y sus fiscalías en el MP en siervos de Satán. Varias incongruencias de criterio me llaman la atención con respecto a esta nueva manipulación: 1. Para empezar, la Constitución Política de la República de Guatemala menciona la “reconocida honorabilidad” como requisito para acceder a puestos en la Junta Monetaria, en el Organismo Judicial, la Contraloría General de Cuentas y la Corte de Constitucionalidad. ¿Qué es la “reconocida honorabilidad”, pues, si la ley no la define? ¿Por simple lógica, la existencia de rumores sobre corrupción, aun siendo rumores, no estorba acaso lo que pudiera entenderse como “reconocida honorabilidad”? ¿No es función de quien deba cerciorarse de la honorabilidad públicamente reconocida, atender a la existencia de tales rumores?; 2. ¿Acaso es mentira que acá cada sector (legal o ilegal, transparente u oscuro) busca poner candidatos afines para el mantenimiento u obtención de privilegios? ¿No ha sido así como operamos históricamente, pues?; 3. ¿Acaso es mentira que el Organismo Judicial está corrompido, incluyendo a la Corte Suprema de Justicia que no puede ponerse de acuerdo ni para nombrar al presidente anual porque esa presidencia incide políticamente? ¿Acaso el caso Barreda, por poner un ejemplo obvio, no evidenció toda una red de favores apestosos allí adentro? ¿En serio estamos negando eso?; 4. Con cuestionar a esos jueces, no se arruinó su carrera ni su vida; simplemente no pudieron acceder al puesto en ese momento. ¿Acaso se volvió a escuchar de ellos antes de esta coyuntura particular? ¿Alguien tiene en la punta de la lengua los nombres de los jueces cuestionados por la CICIG? ¿Los sancionó de alguna forma el Colegio de Abogados y Notarios?; 5. De paso que quienes salieron a pedir la renuncia de Colom tildándolo de asesino, basándose en apenas unos minutos de alguien notoriamente alterado balbuceando en video incoherencias sin mayor sustento, van a venir de pronto a preocuparse por la honorabilidad de jueces que ni conocen (¿o será que sí y les convenía tenerlos incrustados…?). 6. En todo caso, ¿es de verdad tan terrible, de haber sido así, sacrificar a unos cuantos jueces para impedirles arribar a un puesto importante en aras del bien común? Digo esto no porque mi respuesta sea afirmativa de buenas a primeras, sino porque la pose de suegra escandalizada viene en esto de quienes justifican constantemente las masacres de comunidades enteras a manos del ejército como meros efectos periféricos inevitables de la guerra, que hay que pasar a disculpar y no hablar de ello para evitar polarizar a su bello país de ricas tortillas y majestuoso volcanes…en fin, me disculpo por lo posiblemente desordenado de las ideas, pero esto no pretende ser más que eso: el reflejo escrito de una tormenta de idea. Lo que sí puedo aseverar tajantemente es esto: Cuando todos los de ese lado se tiran contra algo, es, comúnmente, porque ese algo implica cambios importantes contra sus privilegios mantenidos históricamente con hambre y sangre.

miércoles, 9 de octubre de 2013

POR QUÉ ME EMPUTA EL MCDÍA FELIZ

(Foto pública tomada de Twitter, sin fines de lucro)


No es raro que yo coma McDonald’s. Sé que no es comida sana, pero a veces entre la corredera y la no-cocinadera, queda bien algo rápido, medianamente pagable y no-tan-feo (y a veces hasta muy rico) que, además, se pueda comer entre el carro. En todo caso, sería una estupidez comerlo a diario (en general, toda la comida rápida), tanto presupuestariamente como por asuntos de salud. ¿Qué si McDonald’s es una filial satánica del imperio y por eso debemos hacerle el fuchi? Pues ya no vivo en tiempos de la guerra fría y, en todo caso, la franquicia guatemalteca es relativamente independiente (y bastante emprendedora a nivel global, por cierto). Aunque sé bien cómo funciona el monopolio de los Gutiérrez, a veces también como Pollo Campero. Y estoy seguro que aunque ustedes sepan cómo van los Castillo, toman cerveza Gallo o cualquiera de las otras que manejan o se comen unos quesifritos sin mayor culpa. ¿Qué si Jamie Oliver hizo público esa substancia química asquerosa que usan en lugar de carne? Sí, qué asco y qué falta de ética, pero eso no pasa en Guatemala. La carne de McDonald’s en Guatemala la trabaja Procasa. Un proceso químico como ese resultaría más caro en un mercado tan chico como este.



Con respecto al McDía Feliz, pues yo no suelo apoyarlo, porque me enoja el aura que lo rodea… Estoy seguro que es verdad que la Fundación Ronald McDonald Guatemala presta ayuda a personas necesitadas que de otra forma no podrían conseguirla ni gracias el Gobierno –que es una mierda– ni gracias a ustedes ni a mí -que o no hacemos nada o que aunque queramos no podemos hacer cosas así a gran escala–. También estoy seguro que hay allí asuntos de conveniencia fiscal para la empresa, pero eso ocurre siempre y en todas partes. Hasta yo, a veces, siento sabroso poder descontar de mis impuestos la ayuda que presto a ciertas instituciones y eso no significa que lo haga solo por ese motivo. A mí, lo que me parece criticable de esta actividad de hoy no concierne tanto a McDonald’s como al público que corre desbocado a hartarse una o varias hamburguesas (que por cierto, cada año son mucho más chicas): hacer algo como eso no debería bastar para hacerlos sentir casi casi madresteresas; en realidad, no están haciendo ni mierda. El esfuerzo no es tal y más es una acción ínfima que ni siquiera consiste en dar limosna, porque más que un regalo de unos cuantos quetzaluchos es una transacción como cualquiera y están comprando una hamburguesa (que de todos modos, seguramente compran semanalmente); la diferencia psicológica radica en la idea de que luego ese pisto será usado (por alguien más) para apoyar a alguien que ni siquiera saben quien es, ni pareciera interesarles. Y bueno, ese no es sino un síntoma más que caracteriza a ese “buen chapín” que justo ahora está haciendo cola para comprar BigMacs o, con suerte, ya está en plena masticadera del suyo con el corazón desbordante de falsa generosidad y luego continuará su día como si nada, esperando que en unos meses algún anuncio en la Prensa le cuente que su bondad sirvió de algo, mientras ciertas figuras públicas promocionan también su enorme corazón. 

Buen provecho, pues.

(Foto pública tomada de Facebook, sin fines de lucro)